El próximo domingo 15 de diciembre el Celta recibe la visita del Mallorca en Vigo, un cara a cara en el que Óscar García tendrá un serio problema bajo palos.
Y es que el entrenador del conjunto vigués tan solo podrá contar con Rubén Blanco como guardameta de la primera plantilla disponible, ya que sus otros dos compañeros serán baja.
La lesión de Sergio Álvarez se ha sumado a la de Iván Villar, un contratiempo para los importantes duelos de Liga ante el Mallorca y el Levante, antes de despedir el presente año 2019.
De ahí que Óscar García esté ya rezando para que a Rubén Blanco no le ocurra absolutamente nada, ya que, de lesionarse, tendría que echar mano de los guardametas del filial.