El defensa del Manchester City, desesperado por el despropósito que estaba teniendo lugar sobre el terreno de juego, tuvo una desconexión que casi cuesta un mal rato. Por suerte para el croata, el cuero no impactó con su cabeza.
Estuvo rápido de reflejos el barcelonista. A centímetros de la bola, vio la carrera que armaba Otamendi en disposición de patear el esférico. Pudo resguardarse tras su brazo izquierdo y evitar así llevarse un fuerte pelotazo que le habría podido suponer un tremendo susto.
Obviamente, el jugador argentino vio la cartulina amarilla por semejante desconsideración.
Por unos segundos, se formó una tangana en el terreno de juego, pues varios jugadores croatas, con razón, le recriminaron una actitud muy poco deportiva y que para nada justifica el mal resultado, que deja a Argentina en una situación muy comprometida de cara a los octavos de final.
Desde que Caballero cometió un fallo garrafal para el 0-1, todo fue de mal en peor para el equipo de Jorge Sampaoli, que acabó cayendo estrepitosamente por 0-3.