Dos años después, José Mourinho volvía a escuchar el himno de la Champions League en una eliminatoria. En la última ocasión, lo hizo en el banquillo de Old Trafford.
Ahora, el técnico luso se situaba de nuevo en el escaparate europeo a los mandos de un Tottenham que tenía ante sí un miura que llegaba de tapado. Y es que el RB Leipzig no se amilanó ante su primera gran noche continental.
El comienzo del choque dejó bien claras las propuestas de uno y otro equipo. El cuadro propiedad de la famosa marca de bebidas energéticas, con total descaro, asumió el rol de equipo grande y llevó la iniciativa desde el pitido inicial.
Por su lado, el Tottenham comenzó agazapado atrás. Mourinho siempre ha dicho que el 0-0 en casa en la ida es un gran resultado y salió dispuesto a lograrlo.
Durante el primer tiempo, esa idea del preparador de Setúbal cobró forma, ya que el marcador no se movió hasta el descanso, pero fue cuestión de puro azar.
El RB Leipzig dominó a placer y realizó 45 minutos de un nivel excelso en los que bombardeó la meta defendida por Hugo Loris.
Lloris, Lloris y Lloris
El francés tuvo muchísimo trabajo y ya en el minuto 2 salvo en un par de ocasiones a su equipo. Primero, con ayuda del palo, sacó un disparo de Angeliño. Después, en el área pequeña, le negó el gol a Werner.
Tras los sustos, el Tottenham trató de reaccionar y lo hizo bien con una gran ocasión de Bergwijn, pero solo fue un espejismo.
El dominio del equipo de la Bundesliga era total y las ocasiones se sucedieron una tras otra. Un cabezazo de Schick, un fallo de Werner solo ante el portero, varias internadas de Angeliño...
Sin embargo, contra todo pronóstico, el 0-0 permaneció inmutable para desgracia de un RB Leipzig que probó fortuna hasta en 13 ocasiones en 45 minutos.
La segunda mitad arrancó con el cuadro de la Premier League acariciando un gol que hubiera sido del todo inmerecido, pero Gulácsi evitó el tanto de Lucas Moura con una gran mano abajo.
Esa ocasión no cambió los planes de un RB Leipzig que acabaría encontrando su premio tras casi una hora picando piedra sin parar.
Un penalti para romper el muro
En el 55', Davies cometió un torpe y clamoroso penalti sobre Laimer que Timo Werner, con confianza, se encargó de transformar para poner el 0-1 en el 57'.
El gol fue todo un mazazo para el equipo de Mourinho, que se vio obligado a dar un paso adelante para tratar de rescatar, por lo menos, un empate.
Después del tanto, el equipo de Leipzig cedió algo el control del balón para buscar asestar a la contra un golpe mortal a la eliminatoria.
Lo pudo dar Schick en el 62', pero una impresionante mano de Hugo Lloris evitó un tanto que pudo ser el inicio de una debacle.
Con el tiempo jugando en contra, el Tottenham, más por necesidad que por vergüenza, terminó asumiendo el rol protagonista del duelo, pero su fútbol no generaba.
Solo un disparo de Lo Celso de falta que Gulácsi desvió a la madera inquietó a un cuadro visitante que aguantó con todo durante los últimos diez minutos.
El pitido final certificó un triunfo histórico para el RB Leipzig en su primera eliminatoria de Champions y un duro varapalo para el Tottenham de un José Mourinho cuya nueva aventura europea está muy cerca de llegar a su fin.