En la orilla del Olimpo, ahí se ahogó el San Félix, que se quedó sin sitio en la final de la Copa del Rey juvenil pero se lo ganó en el corazón de todos los que siguen el fútbol. El orfebre de machadas estuvo a punto de otra inenarrable.
Porque la palabra milagro no es imposible para el equipo malagueño. Y la palabra imposible es un milagro que no se produce en sus partidos. Lo que para cualquiera habría sido un anhelo hecho añicos, para este equipo sin límites supuso otro acicate más.
Las casualidades con ellos ya no existen después de lo que fueron capaces de hacer en la anterior ronda, contra la Real Sociedad. Ganaron por 5-4 un partido que en el minuto 81 perdían por 2-4. Mike, Vicario y Ordóñez montaron un milagro exprés que no fue flor de un día.
Porque en la primera mitad del partido contra los blancos recurrieron a esa misma táctica. El resultado era el inicial a los 25 minutos. Pero comenzó la tormenta eléctrica del San Félix.
Ismael, Vicario, César y de nuevo Ismael, entre el minuto 26 y el 41, pusieron la eliminatoria solo a un tanto del volteo tras el 6-1 de la ida.
Toda una exhibición ante el conjunto de Guti y que vuelve a poner a los de Alejandro Acejo en el escaparate del fútbol nacional.
No obstante, la fortuna no apareció tras la reanudación. Hubo algún disparo a puerta, aunque los blancos salieron mejor. Además, la expulsión de Vicario por roja directa lo puso todo mucho más complicado aún.
El tanto de Pedro terminó de cerrar la puerta al enésimo milagro. Aun así, el modestísimo equipo malagueño mantuvo el tipo, siguió atacando y siempre podrá presumir de su goleada al Madrid de Guti.