"Cuando visité Barcelona no encontré ninguna visita guiada al estadio y no pude ver la sala de trofeos. En cambio, antes me había quedado con la piel de gallina al pasar por Madrid", explicó.
"A diferencia de lo que me pasó cuando estuve en el estadio del Madrid, Barcelona no tuvo ningún impacto emocional en mí. No fue una visita demasiado cordial, aunque ese equipo había inspirado mi forma de jugar", añadió el ahora jugador del Arsenal.
Además de la sala de trofeos, Guardiola también tuvo su parte de culpa: "En realidad lo más decepcionante de todo es que Guardiola no se tomara tiempo en conocerme. Antes de decidirme tenía claro que quería acabar en el Barça, que era mi preferencia", detalló.