Apenas había disputado 12 minutos ante el Espanyol, cuando Joaquín Caparrós llamó a Jesús Navas para que saltara al césped del Sánchez Pizjuán el 7 de diciembre de 2003. Más allá de la agónica victoria ante el Zaragoza, Nervión dio la bienvenida al 'niño de sus ojos', el famélico extremo derecho que, a la postre, regresaría de Mánchester reconvertido por Guardiola en carrilero.
Este viernes, 15 años después de aquel debut, Caparrós vuelve al Pizjuán de urgencia, para clasificar al Sevilla para la Europa League tras una temporada convulsa donde ni Berizzo ni Montella han conseguido enderezar un equipo hispalense en el que la sombra de Monchi eclipsó la dirección deportiva de Arias.
Sin embargo, entre tanta tensión acumulada, Nervión ansiaba el reencuentro del padre e hijo prodigio, dos emblemas del club. Si el técnico fue quien sembró las bases de la etapa dorada de la entidad, el de Los Palacios galopó para colocar al Sevilla en el Olimpo del fútbol europeo.
Mientras Jesús Navas es el jugador que más veces ha lucido la elástica hispalense en la historia (437), Joaquín Caparrós es el entrenador que más veces se ha sentado en el banquillo andaluz (226). Datos que no hacen si no alimentar la ilusión de una parroquia local que ansía ver cómo sus dos grandes leyendas se reencuentran para salvar la temporada del Sevilla.
Capricho del destino, una lesión muscular de última hora privó a la parroquia sevillista del ansiado reencuentro ante la Real Sociedad. Aunque Caparrós confirmó en sala de prensa su presencia el pasado jueves, el Sevilla emitió un comunicado a pocas horas del encuentro informando de una "rotura de grado I en el recto femoral derecho".