Había 'hype' en Italia por ver a dos de los equipos más verticales de Europa. Mismo objetivo, pero estilos contrapuestos de Conte y Gasperini. Se esperaba un partido loco y con muchos goles... pero el fútbol rara vez sigue el guion previsto. Tampoco fue así en Milán.
Comenzó bien el Atalanta en el encuentro con dos oportunidades. La primera no encontró rematador en el área después de una buena jugada personal de Gosens y, en la segunda, fue Zapata el que probó con su disparo, pero no tomó portería.
El Inter intentaba calmar el ritmo del encuentro cuando tenía la pelota, pero el ritmo vertiginoso del Atalanta aparecía una y otra vez en cada acción del ofensiva de los de Bérgamo. Handanovic sostuvo al cuadro 'nerazzurro' en algunos tramos del encuentro.
En la segunda parte, Gasperini retiró a Malinovskyi del campo y apostó por Ilicic para intentar encontrarle entre líneas y tener más gol, pero el esloveno no termina de carburar. No tuvo el impacto esperado.
Y el Inter, pese a que en ciertos momentos parezca dormido y sometido, siempre sabe cómo decidir los encuentros. Ese factor fortuna del que tanto se habla cuando se necesita. Eso que se conoce como la flor del líder apareció una vez más en el Giuseppe Meazza para salvar de un apuro al Inter, que sufría ante las continuas llegadas del Atalanta. Después de un córner botado desde la derecha, los nervios se apoderaron de la defensa visitante a la hora de despejar y Skriniar lo aprovechó para cazar un balón suerto y batir a Sportiello.
Dejó grogui por unos instantes el 1-0 al Atalanta y Lukaku pudo sentenciar en su mano a mano ante Sportiello, pero el belga, algo ido durante el encuentro a la hora de definir, estuvo algo lento y dejó que el defensor le comiera la tostada.
Los problemas del equipo de Gasperini se acentuaron todavía más con la lesión de Zapata. Por él entró su compatriota Muriel, pero dejó la incógnita de su estado a solo unos días de la eliminatoria ante el Real Madrid de Champions.
El Inter comenzó a retrasar líneas y a enrocarse con el paso de los minutos. Avasalló el Atalanta en la recta final, Gosens dispuso de un buen remate en el interior del área, pero Handanovic tampoco llegó a sufrir en exceso.
Victoria, tres puntos y seis de diferencia con el Milan por parte de un Inter que ya está en ese momento de ganar incluso cuando no lo merece. Honores para el Atalanta, que no decepcionó en cuanto a su percepción de ver el fútbol, pero sí a la hora de tener esa facilidad para ver portería como ha demostrado en lo que va de temporada.