El Valencia confirmó que su recuperación está en marcha y sumó su segundo triunfo liguero ante un Getafe que también tuvo opciones, pero que claudicó por un error de Bruno, que agarró a Gameiro y cometió un penalti evitable que fue decisivo.
En el Alfonso Pérez chocaron dos estilos similares con dinámicas muy diferentes. Los azulones, con tres partidos sin perder y un empate en el tiempo añadido la última jornada, recibían a un Valencia que llevaba varias semanas sin perder y había caído de manera estrepitosa la semana anterior en casa ante el Girona.
Sin embargo, tras la recuperación ante el Young Boys en Champions, le llegó el turno a la Liga. El Valencia salió con brío y generó hasta tres ocasiones bastante claras de Rodrigo. Lo que hace un año entraba y servía para asentar el planteamiento de Marcelino, este año se sigue yendo directamente fuera.
No se vino abajo el conjunto 'che', que también se libró de un 1-0 que hubiera sido muy peligroso gracias al poste, protagonista en el remate de Cabrera a la salida de un saque de esquina. Y es que todos saben lo difícil que es remontar a los de Bordalás cuando se ponen en ventaja.
Un Getafe sin suerte
El Getafe comenzó mucho mejor tras el descanso. Nada más salir de vestuarios, los azulones perdonaron de nuevo el 1-0. Combinaron bien Ángel y Jorge Molina y el veterano atacante quiso ajustar demasiado ante Neto, encontrándose con la cruceta.
Fue la primera de una serie de llegadas para los locales, que perdieron fuerza conforme pasaban los minutos. Apareció entonces de nuevo Rodrigo, pero el delantero no tuvo su día y volvió a fallar a la hora de ajusticiar a David Soria.
Amath, bastante activo en el segundo acto, puso a prueba a Neto, pero su lanzamiento acabó siendo la última acción peligrosa del Getafe en el partido con todavía 20 minutos por delante.
Por contra, el Valencia no renunció a la victoria y apretó en los últimos instantes con contragolpes peligrosos. En uno de ellos, un centro aparentemente inocente desde la derecha acabó en penalti con la intervención del VAR. Agarró Bruno a Gameiro cuando el francés ya no podía llegar al esférico, pero la acción fue tan clara que el colegiado no lo dudó. Penalti, lanzamiento de Parejo y celebración efusiva, mitad por la rabia de la alegría contenida y mitad por la pitada a la que le sometió durante todo el partido la que un día fue su afición.
Como la pena máxima llegó de la mano de la segunda amarilla a Bruno, al Getafe se le acabaron los argumentos ofensivos. Cayó en la otra área Jorge Molina y pudo haber un penalti que lo igualara todo, pero los de Bordalás abusaron sin suerte del juego directo y estuvo más cerca el 0-2 que el empate al contragolpe.
Pese a la derrota, el Getafe sigue tranquilo en la zona media de la tabla, mientras el Valencia espera, ahora sí, comenzar con la deseada remontada liguera.