Engulló París al Madrid, disuelto en el fútbol líquido del PSG, que sin poder contar con Cavani, Neymar y Mbappé ofreció respuesta, soluciones y recursos frente al apocado equipo blanco. Partido grande del PSG, que hacía décadas que no sabía lo que era ganarle en algo serio al Real Madrid. La obra colectiva la lideró Di María, que jugó como si tuviera cinco años menos. El argentino contó con la ayuda de un multiplicado Sarabia y la del resto de esforzados pupilos de un Tuchel que sabe qué hacer cuando en su función no pueden comparecer los tres tenores.
En el Madrid, un poco lo de siempre. Esta vez pudo jugar de inicio Eden Hazard, que confirmó estar lejos de su punto físico más óptimo. El equipo de Zinedine Zidane carece de exuberancia, que no de calidad y pegada. Dos arreones le bastaron para hacer dos goles, pero ninguno de ellos subió al marcador. El 2-1 de Bale, por mano previa que Taylor vio en el marcador; el de Benzema, poco antes del 3-0 definitivo, porque el asistente se dio cuenta del fuera de juego de Lucas, que hizo por jugar la bola.
El PSG fue mejor, en suma. Jugó y atacó más, y Di María hizo por la 'mcn'. Entra en trance el 'Fideo' en este tipo de partidos. Con frecuencia suele endemoniarse si el rival es el Barcelona, el Madrid o el United. Un futbolista hecho para noches grandes, especialmente excitado cuando se trata de sus ex. Lo celebró como loco. Lo sufrió el Madrid.
Tuchel desplegó a sus hombres a lo largo y ancho del Parque de los Príncipes. Dominadores de la pelota y la iniciativa los futbolistas del PSG, el Madrid confiaba sus maniobras a una genialidad de Hazard, una cabalgada de Bale o la sapiencia de Benzema. No es mal plan, pero puede no bastar cuando hay otras grietas. A la espalda de Casemiro encontró un latifundio Di María y compañía, que conectaban fácil con un Icardi cómodo en el cuerpo a cuerpo con Varane y Militao.
Así llegó el primer sopapo del PSG. Icardi sacó de su sitio a Varane, combinó con Bernat y este la puso a Di María, que de primeras y puntera batió a Courtois, que la vio pasar entre el palo y el rabillo del ojo. Hazard casi hace gol en la siguiente jugada, pero su potente disparo raso desde la frontal escapó por centímetros. Un cuarto de hora y el PSG por delante.
Sarabia fue otro problema para el Madrid. Por izquierda y derecha, el ex del Sevilla se hizo indetectable para los zagueros blancos y se convirtió en el mejor socio de Di María, que puso el segundo con un latigazo de esa zurda que despacha bombas envueltas en seda. Saque de banda, Gueye la cedió a Di María y el 'Fideo' cargó y disparó en una décima de segundo. Sin respuesta Courtois, desnortados los defensas.
18 de septiembre de 2019
Antes del gol, Bale contó con una falta que rozó la escuadra. Tras el doblete del argentino, el delantero galés recortó distancias con una preciosa vaselina que pilló adelantado a Keylor. Entró el VAR y el árbitro fue a ver la pantalla; gol anulado, hubo mano de Bale en uno de sus controles.
Tras el descanso, el Madrid salió algo más ordenado. Más juntos, un poco más sólidos. Icardi había sido un mal dolor de cabeza para Militao y Varane en los primeros 45 minutos, pero el delantero del Inter no estaba para más trotes y, reventado, pidió el cambio. Pasa que el cansancio hizo mella también en el Madrid, sin apenas ocasiones ni demasiado empuje como para acongojar al PSG, que jugaba cómodo.
Pudo hacer antes el tercero el campeón francés, pero Di María quiso coronar el 'hat trick' con un balón picadito y un minuto más tarde a Sarabia le faltó un palmo de acierto. Hazard también dimitió por su precario estado físico y el Madrid puso otra vez su suerte en las manos de Benzema, de los pocos que mantienen la grandeza en el equipo blanco.
Marcó Benzema, pero el asistente había levantado la bandera porque un instante antes vio a Lucas moverse hacia el balón aun viniendo en fuera de juego. Ni la suerte que con frecuencia le ha acompañado ahora sonríe al Madrid, retratado en París por sus propias bajas y también las ajenas, porque el PSG saltó al campo sin Neymar, Mbappé y Cavani.
Meunier, ya en el añadido, embocó a gol una contra que armó Di María y dio continuidad Bernat. El Madrid se trae tres goles de París, allá en donde hace no demasiado despachó uno de sus últimos inolvidables recitales eurpeos. El PSG le pasó por encima esta vez. Otro signo de los nuevos tiempos.