La Ponfe de Bolo sigue de moda. Y, esta vez, demostró su capacidad de madurar un encuentro que empezó peor para acabar con una sonrisa de oreja a oreja. Gran triunfo ante un Mirandés que fue de más a menos. Acertó el técnico con los cambios y los suyos fueron más efectivos que sus rivales.
Estos tendrían que haber matado el duelo en la primera mitad, cuando eran superiores, aunque no descaradamente. Javi Muñoz hacía un partidazo, Iván Martín generaba mucho desequilibrio y Moha insistía. Faltó que Schutte viera puerta tras un error claro de Caro en la salida de pelota.
Vivian y Berrocal respondían atrás, donde quien más 'flojeaba' era Víctor Gómez. Javi Jiménez, eso sí, no podía ganarle los duelos a Paris Adot, que estaba siendo el más incisivo de los suyos. Esto, por otra parte, decía mucho de la pólvora que faltaba en el cuadro berciano.
Pero Bolo le dio la vuelta a la tortilla poco a poco. Logró calmar a los suyos, introdujo un par de cambios -aunque a Doncel no le hizo mucha gracia irse cuando empezaba a carburar- y les guio hacia el gol de la victoria, que firmó Pascanu con el pecho tras un centro al área.
Y es que, en la segunda mitad, la Ponferradina fue de menos a más y acabó siendo mejor. Iván Rodríguez entró algo más en el juego y el equipo se independizó de Paris Adot, que no tuvo que sostener como en un principio casi todas las llegadas de peligro.
El Mirandés, todo lo contrario. La llama de Javi Muñoz se fue apagando y empezaron a sucederse errores en la zona medular, sobre todo en la zona de Meseguer y Caballero -que fueron sustituidos-. La pólvora solo volvió en el tiempo de añadido y la defensa y Caro hicieron el resto para el 0-1 final.