Nacional ya es historia de la Copa Colombia 2019. El vigente campeón entregó el trono en la ronda de cuartos de final y eso que tuvo serias opciones de seguir vivo en la competición.
Pero Tolima es mucho Tolima. Los 'pijaos', que le tenían tomada la medida al 'verdolaga' últimamente, volvieron a hacer sangre con el equipo de Medellín.
Es ya una costumbre ver a los jugadores de Nacional rendidos ante el 'Vinotinto y Oro'. Este miércoles, los de Alberto Gamero volvieron a mostrar una amplia sonrisa en sus rostros.
El partido comenzó con los visitantes achuchando a los locales, lo que se tradujo en ocasiones. El primer aviso llegó en el 8' con el palo de Barrera. Su cabezazo no entró en la portería de puro milagro.
Fue el preludio de lo que iba a suceder justo antes del descanso. El ex de Junior, en un gran estado de forma, se aprovechó del pase con el pecho de Barcos y fusiló con el exterior a Cuesta. Mazazo psicológico y rumbo a los vestuarios.
Tras la reanudación, con cierto retraso por culpa de las bengalas, Tolima salió con mucha valentía en busca del gol que le diera la clasificación. Lo acabó encontrando y eso que se libró de una buena.
Nada más arrancar el segundo acto, Barcos le robó la cartera a un defensa y se topó con el guardameta. Cuesta estuvo atento para sacar una mano antológica y evitar el 0-2, lo que habría complicado a su equipo.
Durante toda la noche se mantuvo firme bajo palos y eso lo agradecieron sus compañeros. Justo cuando el encuentro entró en los últimos 20 minutos, Daniel Muñoz cometió un grave error.
El central intentó salir con el balón y lo perdió. Lo que hizo fue derribar a un rival dentro del área y el árbitro pitó el punto fatídico. Banguero tomó la responsabilidad y no falló ante Cuadrado. 1-1 en el choque y 2-1 en la eliminatoria.
Nacional estaba al borde de la eliminación. El vigente campeón trató de quemar todas sus naves, pero no estuvo acertado. Barrera tuvo la más clara justo después del empate, pero Cuesta otra vez evitó el gol visitante.
Osorio, desde una cabina, pilló un rebote descomunal. Un pecado mortal acabó con el 'verdolaga', que debe conformarse ya con pelear por el campeonato.