Su debut fue excepcional por una razón. Muchos jóvenes debutan con sus equipos, pero pocos con una historia de superación a sus espaldas como Cosmin.
Porque a los ocho años un camión le arrancó la mano y parte del brazo izquierdo. "Regresábamos a casa cuando un camión derrapó y se dirigió hacia mí. Me tiré por reflejos bajo el vehículo", explicó el futbolista.
"Sentí un dolor terrible, pero estaba consciente. Con los que estaba me sacaron de allí y me llevaron al hospital", añadió. Salvó el brazo por poco. De haber tardado más, se lo habrían tenido que amputar por completo.
Tras una durísima rehabilitación, Cosmin Lambru tuvo que volver a aprender a jugar al fútbol. Cuando regresé al fútbol, empecé a aprender a cómo caerme, apoyándome solo en un brazo. No fue sencillo, pero no me he quejado y ni lo haré nunca", reveló.
El pasado martes 24 de octubre, Cosmin cumplió su sueño. Su compañero Vintilla mandó el partido de dieciseisavos de final de la Copa a la prórroga, y su entrenador le metió al campo en el minuto 100. Tuvo veinte para demostrar que tener una prótesis en el brazo no es incompatible con el fútbol.
Y vaya si lo demostró. Este excepcional centrocampista tuvo en sus botas el gol del triunfo, pero no estuvo acertado. Al final, el Mioveni, de Segunda, se impuso al Petrolul Ploiesti por penaltis. Poco le importó. Cumplió su sueño.
Livet er ikke let, men vi må ikke give op
— Julio Vacacela DK (@VacacelaJulio) 25 de octubre de 2017
Historien om Cosmin Lambru, den unge rumænske professionel fodboldspiller med en protese i hånden pic.twitter.com/7MXuR1U2qe