En el minuto 61, Nakamura sorprendió a Okamoto con un disparo desde el círculo central que supuso el 2-0. El meta, bastante adelantado, no pudo hacer nada ante el globo de su rival.
No es fácil reponerse ante algo así. Recibir un gol desde el centro del campo puede ser una de las humillaciones más grandes que sufra un portero. Pero si son dos y, encima, con un solo minuto de diferencia...
Y así fue. A Okamoto volvieron a marcarle desde campo ajeno en el 62', obra de Sakamoto. Esta vez, el cancerbero estuvo aún menos fino, ya que el balón iba raso. Su estirada fue insuficiente y redondeó la pesadilla más terrorífica jamás vivida en una portería.
October 28, 2019