Apenas se había cumplido la primera media hora de juego, cuando Andre Petagna abrió la lata en el Paolo Mazza. El delantero italiano templó los nervios de la parroquia local, hundida por los malos resultados.
El arreón inicial de los locales fue mecido por el Parma, que tardó en entrar en el partido pero logró arrebatarle las riendas a su rival y acercarse con peligro a la portería de Etrit Berisha.
Las ocasiones se sucedían sin que fueran materializadas y los nervios se adoderaron de ambos equipos. Gabriel Strefezza, que había visto la primera amarilla en el minuto 17, fue expulsado en el 70.
La superioridad numérica dio un soplo de aire fresco al Parma, que arrinconó al SPAL en su propio campo e incluso llegar a empatar. Sin embargo, el gol de Gervinho fue anulado los tres puntos se quedaron en el Paolo Mazza.