En una categoría trabada y no de muchos goles, 'performances' como las del Anxo Carro se agradecen especialmente. Por dos veces lo tuvo que ganar el Lugo, primero con mando, luego con suspense; una vez lo igualó el Huesca, que murió en la orilla cerca de volver a rascar el empate.
La diferencia principal estribó en la puntería de unos y otros. Mientras Okazaki en la segunda mitad, pese a su gol, fue un recital de ocasiones marradas, los lucenses pegaron cuando hubo que pegar. La primera vez, a los nueve minutos.
Tras centro de Canella y parada de Álvaro Fernández ante Yanis, José Carlos estuvo listo para estar donde hay que estar y estrenar el día. A partir de ahí, la lucha entre las ocasiones y el dominio fue la tónica de Lugo y Huesca.
Peybernes comenzó su protagonismo del día sin querer. Y con la espalda. Así remató, aunque el VAR, tan chivato como siempre, encontró que un forcejeo fue realmente una zancadilla de Josué Sá. Penalti, tarjeta amarilla y gol de Cristian Herrera. En otro momento se podría haber iamginado una goleada, pero se recompuso el Huesca.
De nuevo el VAR apareció, esta vez para anular bien un tanto a Mikel Rico. Aunque el primer gol para los altoaragoneses lo marcó realmente el local Yanis Rahmani, que vio la roja a los dos minutos de la reanudación.
No desaprovecharon el regalo los de Míchel, que igualaron con dos tantos en apenas un cuarto de hora. Okazaki, tras pase perfecto de Miguelón, y este mismo elevaron el 2-2 en pleno desconcierto local.
Sin embargo, en el 68' Josué Sá vio la segunda amarilla y niveló las fuerzas. Casi sin digerirlo, llegó ese córner en el que se hizo coloso Peybernes para cruzar bien de cabeza el 3-2.
Se volvó el Huesca, liderado por Okazaki, pero se estrelló ante un providencial Peybernes y después con su falta de tino. Aunque la ocasión más clara en el tramo final fue la de Sergio Gómez.