El partido comenzó con un ritmo más que bajo. Ninguno de los dos equipos parecían forzados a buscar la victoria, aunque su situación en la tabla indicaba todo lo contrario.
A veces, la clasificación no refleja los méritos de un equipo en algún momento concreto. Las malas rachas pueden pensar más en los númerico que en lo real. Sin embargo, la primera mitad vista en Cornellà sí justificaba la situación de los dos conjuntos.
Un partido de zona media-baja. Equipos planos, ausencia de dominador y, especialmente, falta de ocasiones. Los valientes desplazados hasta el estadio 'perico' tuvieron que aguantar frío, lluvia y 45 minutos sosos por parte de Espanyol y Leganés.
El Leganés se sentía cómodo con el resultado. El orden fue el 'ABC' de los visitantes, que habían mostrado una cara óptima hasta la fecha en la mayoría de los desplazamientos.
La peor noticia fue la lesión de Serantes. A la media hora, el portero se dispuso a blocar un balón aéreo. Falló y, al caer, su rodilla derecha sufrió una lesión que le hizo abandonar el campo y que no pinta nada bien. Brignoli tuvo que sustituirle.
Varios tiros sin peligro en los que sólo dos encontraron portería fue el escaso bagaje de un encuentro que se marchó al descanso con la sensación de que quedaba todo por ver en la mitad de tiempo estipulado para el espectáculo.
Gerard Moreno se impuso a la dinámica
El Leganés se mostró mejor en los dos inicios de sendas mitades. Sin llegar a concretar el último pase, los de Garitano daban más entereza ante un rival que no lograba hilar una jugada de más de cuatro pases seguidos.
A falta de equipo, individualidades. Gerard Moreno cambió el rumbo del partido y puso por delante a su equipo en una acción en el área. Un centro que parecía quedarse en nada originó un rebote que no dejó pasar el delantero.
Tras batir a Brignoli con la zurda dentro del área pequeña, el jugador personificó al espanyolismo y sus gritos lanzaban la rabia que guardaba la afición hasta el momento.
Piatti puso el broche de oro
A partir de ahí, el Leganés quedó noqueado, aunque apenas tuvo tiempo para saber cómo y dónde se encontraba. A los tres minutos, Piatti remachaba una buena asistencia de Baptistao para poner el 2-0.
El partido perdió toda la fuerza que había adquirido en la segunda mitad. Los 'pepineros' bajaron los brazos en su juego y el reloj se dedicó a correr.
El argentino quería el protagonismo absoluto del encuentro, algo que logró en los últimos minutos al acabar una contra con el tercer y definitivo tanto de la noche.
Al fin celebran una victoria los aficionados del Espanyol en casa, mientras que el Leganés tendrá que seguir remando para no ser arrollado por la Primera División.