Corría el minuto 41 cuando el atacante balear realizaba un 'sprint' por el carril central para meterse en el área y buscar un centro que estaba muy cerca de ejecutar Gareth Bale, pero llegando a la medialuna se encontró con la oposición de Kevin.
El futbolista del Celta, al no poder pararlo, acabó agarrándolo del brazo derecho, llegando a desestabilizarlo y haciendo que el '20' blanco acabara en el suelo dentro del propio área del Celta.
Tanto el público como los jugadores pidieron la entrada del VAR, ya que el árbitro no señaló nada en un primer momento porque no vio el contacto. Hubo agarrón claro y si el videoarbitraje hubiera entrado, se habría señalado falta en la frontal, pero el VAR no pudo participar.
Y es que la normativa prohíbe al VAR entrar en jugadas que no sean de línea de gol, penalti o merecedoras de roja y al ocurrir el contacto, claramente, fuera del área, el árbitro les explicó a los futbolistas que la jugada no podía ser revisada porque no correspondía a ninguno de los tres supuestos primordiales del VAR.