Los coches de los jugadores del equipo fueron los grandes perjudicados del choque, pues fueron literalmente reventados supuestamente por los barras bravas por el resultado.
Además de serios daños en los mismos, se produjeron robos de objetos personales y de valor.
Una triste imagen que vuelve a poner de manifiesto la falta de seguridad del fútbol argentino.