En el Principado de Mónaco había fiesta. El joven equipo revelación de Francia se medía a la veterana 'Vecchia Signora' en el primer compás de las semifinales de la Champions League y el equipo de Allegri, como ese señor que disfruta del fútbol en su asiento y con vistas panorámicas, se comió al equipo de Jardim. Minuto a minuto, Mordisco a mordisco.
El partido comenzó con el dominio de la Juventus de Turín, cuyo juego quedó por encima de los intentos de Bernardo Silva y Mbappé. La primera escena, algo cómica, la firmó el que sería el protagonista del final de la historia. Higuaín tropezó completamente solo en el balcón del área y no pudo asomarse al primer gol de la noche. Pero el buen sabor estaba por llegar.
Mbappé respondió con un cabezazo potente que atrapó Buffon sin problemas, pero la 'Vecchia Signora' no quedó intimidada tras otro segundo disparo del delantero por el que se pelean los grandes del continente, en el que Buffon tuvo que sacar sus reflejos de centenario en Champions. Con los bailes de Mbappé llegó el cambio de melodía en el partido.
Dybala comenzó una jugada magistral, Higuaín se la puso en profundidad a Dani Alves y el brasileño, para asombro del respetable en un partido para enmarcar, se sacó de la chistera un pase de tacón que cazó el 'Pipita'. Primer envió a las redes de Subasic con un disparo raso. Y tanto que había fiesta.
El primer tiempo llegó con un Mónaco que no bajó los brazos, pero que se estrellaba continuamente ante el muro que construyeron Barzagli, Bonucci y Chiellini con las ayudas de un incansable Alves.
Y llegó el 'Piponazo' final
Buffon volvió a salvar a la Juve en los primeros minutos del segundo tiempo. Falcao puso en aprietos al meta italiano, que salió como si hubiera perdido la cartera para robársela a un 'tigre' sin garras.Y llegó el paquete final, el que dejó completamente sin oxígeno al Mónaco. Otra vez el 'Pipa'. Dani Alves, subrayó su partido como interior, sacó el objetivo, colocó la mirilla y se la puso en el corazón del área a Higuaín, que metió la puntera para hacer el tanto definitivo.
Moutinho y Germain salieron al rescate en el Louis II. Ambos se echaron el equipo a las espaldas, pero no soportaron el peso de una Juventus cada vez más cómoda en el primer trámite de las semifinales.
El centrocampista tiró de clase para ponerle un envió en bandeja a Bernardo Silva, pero la cena ya estaba hecha. Higuaín se comió al Mónaco y pone a la Juventus muy cerca del dulce aroma de Cardiff.