Pizarro hizo un partido completo: no se despegó de Messi, robó nueve balones, sólo le señalaron dos faltas e hizo el gol que permitió al Sevilla soñar con llevarse algún punto del Camp Nou.
Tras un comienzo de temporada en el que no se entendió demasiado bien con N'Zonzi, cayó lesionado en Liverpool y estuvo de baja cuatro partidos con Berizzo en el banquillo. Volvió y, tras las crises de Moscú y Mestalla, su juego ha mejorado.
Ante el Spartak, Pizarro fue uno de los futbolistas más destacados y ante el Barcelona incluso destacó más. Cada vez se entiende mejor con N'Zonzi, cuyo juego también ha mejorado.
Otra cosa a destacar es que el juego aéreo del Sevilla ha ido mejorando también. El conjunto andaluz ha marcado dos goles de remates tras saques de esquina en los últimos dos partidos, con el tanto de Lenglet en Nervión ante el Spartak y el de Pizarro en Barcelona, ambos tras córners de Banega.