No por ser un secreto a voces la noticia ha dejado de llamar la atención en Inglaterra. Erik Lamela llegó en 2013 a Londres procedente de la Roma a cambio de más de 30 millones de euros, en un traspaso llamado a marcar una época en el fútbol inglés.
Aunque su influencia fue creciendo acorde a las expectativas, el futbolista argentino comenzó a diluirse las últimas temporadas entre las continuas lesiones, perdiendo el protagonismo y la confianza del entrenador.
El Inter de Milán mostró gran interés en la contratación de Lamela durante el mercado, pero finalmente la operación no se concretó y permaneció en Londres.
Algo similar le ocurrió a Vincent Janssen, que llegó el verano pasado por 22 'kilos' y un año después no entra en los planes de Pochettino. El holandés tampoco consiguió abandonar los 'spurs', a pesar de la llamada de numerosos equipos de la Premier League.