Empate sin goles en un partido protagonizado por la dureza de las entradas y por las escasas ocasiones de peligro. El respeto y los nervios reinaron en todo momento en el choque.
Cerro Porteño apretó en la primera mitad, con mucha fe y poco fútbol, mientras Junior se mostró sólido en defensa y rápido a la hora de salir al contraataque.
El conjunto visitante puso encima de la mesa sus virtudes. Las ocasiones que generó fue mediante recuperaciones de balón en una buena posición. Chará jugó en todo momento para Ovelar, que se precipitaba a la hora de encarar al guardameta.
Por su parte, Cerro Porteño tuvo durante la mayor parte del partido la posesión, pero no llegó a inquietar con peligro a Viera, que al final se marchó lesionado.
Ambos equipos decidieron dejar todo abierto para el encuentro de vuelta en Colombia, en el que se verán obligados a arriesgar porque no les valdrá el empate a cero.