Los días pasan y el Madrid no se pone nervioso ante la que es la última gran operación que desea abrochar en este mercado: la de Paul Pogba. Huelga decir a estas altura que el centrocampista francés es el claro deseo de Zinedine Zidane, que ha pasado de regalarle los oídos a regatear las preguntas sobre el jugador de un United que, de momento, no da su brazo a torcer.
Da igual que Pogba gritara a los cuatro vientos que su deseo es el de abandonar Old Trafford. El cuadro inglés puso las cartas sobre la mesa y sigue confiando en que el futbolista dé un paso atrás. De momento, Pogba ha disputado -y a buen nivel- los primeros compromisos del que todavía es su equipo en pretemporada. Lo ha hecho, además, con una sonrisa de oreja a oreja.
En el Bernabéu, mientras tanto, toman la paciencia como la mejor de las virtudes. Entienden que el paso del verano puede favorecer sus intenciones siempre y cuando Pogba continúe presionando para marcharse. Eso sí, 'AS' apuntó que el centrocampista no tiene pensado solicitar el 'transfer request'. No quiere ir a la 'guerra' con un equipo que siempre confió en él.
La misma fuente da un dato importante en esta negociación. Y es que parecía de obligado cumplimiento que el fichaje de Pogba se diera antes del 8 de agosto a las 18.00 horas, momento en el que el mercado en la Premier League quedará cerrado. Sin embargo, en el United no dicen "no" a la posibilidad de que Pogba termine marchándose en los días posteriores.
De este modo, el Madrid tiene una bola extra no solo con Pogba, sino con las distintas opciones que tenga para su 'plan B'. Ocurra lo que ocurra ese 8 de agosto, en Concha Espina tendrán más de tres semanas (el mercado en España se cierra el 2 de septiembre) para forzar la maquinaria por Pogba o, de lo contrario, buscar una alternativa. Lo que queda claro es que el club reforzará la medular.
La operación mantiene muchas aristas en el horizonte, sobre todo en lo que respecta al Manchester United, que se ha hecho fuerte con un jugador diferencial que parecía destinado a salir. Solskjaer está manejando los tiempos como si de una partida de ajedrez se tratara, pero al verano le quedan muchos días. Todo puede ocurrir con Pogba y el Madrid.