Colombianos y brasileños parecían enterrar el hacha de guerra para repartirse los puntos, pero, como suele decirse, hasta el rabo todo es toro. Y así lo quiso hacer Flamengo, que, fruto de su presión, lograba una bola en una zona más que comprometida cuando sonó el silbato del árbitro.
El colegiado pensó que el defensa de Santa Fe acabaría con el peligro y que ya nada se interpondría entre el empate y el final del choque, pero durante los pitidos, un robo dejaba solo a Geuvânio, que batía a Zapata.
Pero el gol no subió al marcador. El árbitro no atendió a las quejas de Flamengo, alegando que ya había empezando a decretar el final del choque antes, por lo que el tanto quedó anulado, así como la victoria brasileña en Colombia.
26 de abril de 2018