Puede empatar algún que otro partido, incluso perder como el otro día ante el Eintracht de Frankfurt, pero este Bayern es el mejor equipo del mundo. No hay duda, y no solo por haberse coronado en el Mundialito. En Roma pisó el acelerador y decidió la eliminatoria como y cuando quiso.
El Bayern es una verdadera apisonadora, aunque también es cierto que este martes se encontró con un campo de trigos sin segar en el Olímpico. Una Lazio que hizo todo menos defender, que ya de por sí es mucho frente al equipo con mayor poderío ofensivo del mundo.
La Lazio, mal desde el inicio
Y cuando dejas al campeón de un sextete dominar y le das tantas facilidades, pasa lo que pasa. El Bayern decidió la eliminatoria en 49 minutos, no necesitó más. Para Pepe Reina fue una noche de espanto y para los pupilos de Flick, una fiesta en una ciudad tan bonita como es la capital de Italia.
Desde el principio, el Bayern fue a por el partido, como era de esperar. Inzaghi regaló el planteamiento inicial, con una defensa demasiado embotellada y la posesión para los bávaros. Además, queriendo sacar el balón desde atrás ante la tan elevada presión de los visitantes. ¿Qué pasó? A los nueve minutos, error de Acerbi y gol de Lewandowski.
Pasó su peor noche el defensa italiano de la Lazio. Con un pase a Reina, regaló el primer tanto de la noche a don Robert Lewandowski, que se ha convertido en el tercer máximo goleador de la Champions al superar a Raúl González. Todo un nuevo hito para el The Best, que suma y sigue.
El avasallamiento era total. A los 24 minutos, encima, se sumó a la fiesta el más joven del partido. Con tan solo 17 años y un pequeño puñado de minutos en Champions, Musiala, novedad de Flick en el ataque, cogió el balón en la frontal y la puso imposible para Pepe Reina. De nuevo, demasiadas facilidades.
Salió de su zona de anticonfort -por decirlo de alguna forma- la Lazio. Se estaba suicidando en su propio campo y lo mejor que pudo hacer es empezar a avisar a Neuer en terreno bávaro. De esta forma evitó por momentos que el Bayern se acercara a Reina. Pero ni aprovechó las que tuvo ni amarró al rival. Por tanto, descalabro.
Porque entre Luis Alberto e Immobile se entendieron bien en un par de acciones al filo del descanso. El internacional español dejó pruebas de su inmensa calidad, pero faltó culminar. Eso, precisamente, es lo que hizo nuevamente el Bayern en el 42', cuando Coman obligó a parar a Reina con un disparo potente y Sané, que andaba por el área, marcó a placer ante la mirada plácida de la defensa.
El calvario de Acerbi
El fútbol italiano ha cambiado por completo. Del 'Catenaccio' a un juego completamente loco, de ida y vuelta, al estilo inglés. Y el paso por vestuarios tampoco le ayudó a aclarar las ideas: Acerbi completó su mal día al empujar a su propia portería -e involuntariamente- un centro de Sané desde la banda izquierda. El colmo para la Lazio, que, eso sí, reaccionó pronto.
Un acto de coraje de Correa puso el 1-4 en el Olímpico de Roma. El argentino cogió el balón en la frontal y firmó una excelente diagonal que le permitió plantarse ante Neuer y cruzarle la bola. Golazo que sirvió para poco, pero como una prueba de que la Lazio tiene equipo para más, pero los errores defensivos le mataron.
El Bayern, además, fue inteligente. Supo contemporizar, hacer que el partido se calmara poco a poco para evitar un susto mayor de la Lazio. El 1-4 es oro para Flick, que tiene el pase prácticamente sellado a los cuartos de final de la Champions. Queda la vuelta, prácticamente un trámite para una plantilla que vuelve a aspirar a todo.