Tras lo ocurrido, Pozuelo, de 27 años, convertido en el director del juego del Toronto FC, de inmediato expresó su "pesar" y "frustración" por el comportamiento que había tenido en el campo, y que reconoció no fue el mejor.
"Quiero decir que hablé con algunos compañeros y deseo pedir perdón porque es una situación difícil", declaró Pozuelo tras concluir el partido. "Sé que perdimos 3-0 y con la llegada de mi tarjeta roja, el equipo tuvo que jugar con 10, algo que no fue bueno para nadie. Necesito aprender de esta tarjeta roja y debemos continuar".
Fueron palabras reflexivas de Pozuelo, que recibió una segunda tarjeta amarilla en el minuto 61, que lo mandó a las duchas y sin su equipo que, entonces perdía por 2-0, pudiese buscar el meterse en el partido tras haber dado entrada en el segundo tiempo al delantero internacional estadounidense Jozy Altidore en el medio tiempo.
Pozuelo se hizo merecedor a la segunda tarjeta amarilla al ponerle una zancadilla al mexicano estadounidense Sebastián Saucedo cuando tenía controlado el balón y se escapaba por el lateral izquierdo. El árbitro del encuentro, Joseph Dickerson, no dudó de la ilegalidad en la acción de Pozuelo, y le mostró la amarilla para luego sacarle la roja.
"Todo fue frustrante, perdimos por 3-0, no jugamos bien y luego mi acción no ayudó", declaró Pozuelo, quien admitió que la falta existió. "Busqué el derribo de un rival y no debí participar en esa acción. Quiero pedirle perdón al equipo porque fue difícil, perdimos 3-0 y tuvimos que jugar con 10".
El jugador sevillano, de 27 años, que comenzó muy bien su andadura en la MLS, en la que ya lleva cinco goles y seis asistencias, no ha estado también en los últimos cuatro partidos disputados por el Toronto FC, en los que ha cosechado tres derrotas y un empate.
"Necesito aprender rápido y espero que el próximo domingo podamos ganar en casa. Vamos a entrenar duro y a cambiar la mentalidad que nos permita volver al camino de los triunfos", destacó Pozuelo, quien se perderá el partido que el Toronto FC va a disputar contra los Earthquakes de San Jose, quienes ganaron por goleada de 4-1 al Fire de Chicago.