Fernando Boldrin fue el protagonista en el último 'Clásico' del fútbol rumano. Se enfrentaban el Steaua y el Dinamo de Bucarest en el derbi de Bucarest y en los primeros segundos del choque el árbitro pitó el penalti más rápido de la historia de Rumanía.
El jugador del Steaua asumió la responsabilidad y, aunque el portero adivinó sus intenciones, transformó la pena máxima con un preciso disparo con su pierna izquierda. Pero lo mejor estaba por llegar.
En la celebración, Boldrin se dirigió hacia el banquillo para coger una camiseta en homenaje a las víctimas del fatal accidente que sufrió Chapecoense. El partido terminó con victoria para los locales, aunque el protagonista lo fue por mucho más que un simple gol de penalti.