Si el presidente del Valladolid ve el tanto del rumano, igual le brota una sonrisa recordándose a sí mismo en Santiago de Compostela, o en algunas de sus galopadas menos mediáticas. Igual Puscas cuando se vea repetido en su golazo piensa en el brasileño.
La cuestión es que la comparativa es inevitable, porque el tanto con el que abrió el marcador del Reading-Cardiff fue una cabalgada llena de potencia, como acostumbraba el mito. Agarró la bola a unos 15 metros del centro del campo y ya nadie le pudo parar.
En su recorrido solo deja un defensor atrás, el mismo que desde un primer instante le persigue sin éxito. Pero ahí quedan su aceleración, su pausa, su nueva arrancada, el regate en carrera. Pero aún quedaba lo mejor
Y es que el atacante rumano tuvo la clarividencia de llegar a la frontal del área pequeña, levantar la cabeza y definir con su pierna menos mala al otro palo.
Puscas acabó con un doblete en la goleada del Reading (3-0) y fue nombrado 'Man of the Match', pero tácticamente ya está en la lista de tipos que optarán al premio que casi lleva su nombre, el Puskas, y que corona al mejor gol del año.