Ghana terminó cuarta el Mundial Sub 17. Eliminada por España, a la postre subcampeona, en semifinales, el combinado africano perdió también la final de consolación, la cual se llevó Alemania.
El Balón de Oro, como hemos dicho, fue Toni Kroos. El máximo goleador fue el nigeriano Macauley Chrisantus, otro futbolista prometedor convertido en trotamundos. Sadick Adams, nuestro protagonista, anotó cuatro tantos, tres menos que el Bota de Oro.
Para la revista 'World Soccer', Sadick Adams estaba llamado a marcar un antes y un después en el fútbol. No en vano le nombró como el juvenil más prometedor de 2007, por delante de futbolistas a la postre consagrados como estrellas (Pato, Bale, Agüero, Benzema...).
"No podía creer que hubiera sido elegido entre los 50 adolescentes más prometedores del mundo, los cuales incluían varios grandes nombres", dijo Sadick a 'Sport Bible', en una entrevista repasando su carrera.
Razones no le faltaban para ser escéptico. Como él mismo recuerda, no ganó ningún 'MVP' durante ese Mundial, ningún premio final, y su selección quedó fuera del podium.
Acabado el Mundial, el Atlético de Madrid se cruzó en su camino. Los 'colchoneros' se aseguraron el fichaje de este prometedor futbolista. Disputó 22 partidos con el filial, anotando dos goles. No debutó con el primer equipo, pero llegó a entrenar con estrellas de la talla de Diego Forlán o el 'Kun' Agüero.
Estaba cumpliendo su sueño, pero de repente todo se torció. Había un problema con su contrato. Antes de marcharse al Mundial, Sadick había firmado un contrato con el Etoile Sportive Du Sahel tunecino. "Me dijeron que ese contrato no era válido por mi edad", recordó.
"Firmé por dos clubes y fui sancionado", explicó Sadick. En mayo de 2009 la FIFA le castigó con cuatro meses sin competir por romper su contrato con el Etoile Sportive Du Sahel para fichar por el Atleti.
Le tocó compensar al club tunecino con el doble de lo que este había pagado por él. Cumplida su sanción, decidió abandonar el Atlético de Madrid en busca de oportunidades para jugar, ya que su ascenso al primer equipo se antojaba improbable, visto lo visto.
Se marchó a la Liga Serbia, al Vojvodina, pero su primera experiencia real en la élite del fútbol europeo tampoco salió como pensaba. Sólo estuvo media temporada, y entonces volvió al principio.
Fichó por el Etoile Sportive Du Sahel de Túnez. Se había cerrado el círculo, pero también su oportunidad de convertirse en el 'crack' que parecía estar llamado a ser. Empezó un lento peregrinaje por varios clubes menores de África y Oriente Medio, y actualmente milita en el Ashanti Gold de su Ghana natal.
Se marchó del Atleti para jugar y poder llegar a la selección absoluta, y lo logró una década después de aquel Mundial Sub 17 que lo cambió todo. El 12 de agosto de 2017 jugó su único partido como internacional absoluto con Ghana, en el Campeonato Africano de Naciones de ese año, en el que además marcó un gol. Ghana empató a dos con Burkina Faso.
El fútbol no dio a Sadick Adams la carrera que le prometió. No alcanzó la élite. No ha sido el mejor futbolista del planeta. Pero ha seguido siendo aquel delantero comprometido con el gol que despuntó en Corea 2007.