Esa es la pregunta que se hace el barcelonismo y, ciertamente, aún no hay respuesta para ella. A Valverde y su 'staff' se les presenta un dilema, un bendito dolor de cabeza, respecto a un chico que parece estar dispuesto a marcar una época en la Ciudad Condal.
Hace meses, solo los seguidores del fútbol base le habían visto en acción y ahora su nombre está en boca de todos. Acapara todos los focos sin haber completado ningún partido y pese a sumar solo 116 minutos desde la segunda hasta la cuarta jornada.
Pero el extremo nacido en Guinea-Bissau tuvo tiempo de sobra para maravillar, dejando un importante gol ante Osasuna y firmando otro -con asistencia posterior incluida- en la goleada ante el Valencia de Albert Celades. Está claro que el nombre de Ansu Fati seguirá dando que hablar independientemente de su futuro inmediato, pero durante los próximos días, cuando se recuperen Leo y Dembélé, se abrirán para él dos vías. Dos caminos entre los que será Barça quien tenga que elegir.
El primer equipo, los focos y los elogios de doble filo
La opción que más desea el barcelonismo, entusiasmado por la irrupción de la joven joya, es la de que continúe teniendo presencia en el primer equipo. Ansu Fati no estuvo presente en la primera jornada, pero Valverde recurrió a él como un parche ante las lesiones de Leo Messi, Luis Suárez y Ousmane Dembélé.
No era más que una solución de urgencia, pero agradó al Camp Nou incluso más que un Dembélé que llegó de la mano de un traspaso millonario y aún no ha logrado esa comunión con la hinchada. Fati hace recordar al Messi que debutó con el '30' saltando al campo en sustitución de Deco el 16 de octubre del 2004... y eso es una señal.
Sin embargo, el primer equipo es un arma de doble filo. Medios de todo el mundo ya se hacen eco de un chaval que está reventando récords de precocidad del propio Leo, considerado por muchos el mejor de la historia. La balsa de elogios está llenándose y no son pocas las promesas que se ahogaron tras un maremoto. Los elogios son más peligrosos que positivos a edades tan tempranas como los todavía 16 años de Ansu -el 31 de octubre cumple los 17-.
Una vuelta a la realidad y un ascenso paulatino
Aunque su calidad es innegable, los entrenadores más cautos han demostrado durante décadas que la euforia y los altos niveles de expectativas que levantan las joyas han de limitarse. Josep María Minguella recordó que una de las normas de Johan Cruyff era relegar durante un tiempo al filial o al juvenil -según correspondiera- a los canteranos que marcaban gol con el primer equipo. Una fórmula para evitar que el éxito les nublara la vista.
Esta es la otra vía, la que las voces más precavidas tratan de escuchar. Y es que, sin ir más lejos, el mismísimo Leo Messi encadenó partidos de Primera División, Champions League y Segunda División B (con el filial) en el año de su debut con el primer equipo. Esa temporada 2004-05 en la que el Barcelona vio nacer al genio con 17 años dejó 1.515 minutos para la 'Pulga' en el filial y solo 239 con los mayores.
De esta manera, el juvenil toma peso para Ansu Fati, quien ya dejó huella durante el pasado curso en la Youth League con cuatro goles y una asistencia en cinco partidos. Regresar a la realidad parece la opción más lógica, pero a ver quién puede aguantar sin dejarse llevar las ráfagas de ilusión que levantan cada una de sus subidas por la banda izquierda.