La historia de estos curiosos duelos comenzó en la fase de grupos de 2002, cuando el francés Bruno Metsu estaba en el banquillo de Senegal y se las vió ante su país nodriza. Curiosamente, ganó por 1-0 a los galos.
Dentro también del Mundial de Japón y Corea hubo otros dos casos similares. El alemán Winfried Schäfer dirigía a Camerún y tuvo que jugar contra 'la Mannschaft'. Eso sí, él cayó derrotado por 0-2.
El empate se lo llevó Sven-Göran Eriksson, quien en el banquillo de Inglaterra no pudo pasar de la igualada a un gol ante su Suecia natal.
Ese mismo choque se vio cuatro años después en el Mundial de Alemania. Y la suerte fue similar, aunque esta vez con un 2-2 en el electrónico.
Otros dos ejemplos más se vieron en la fase de grupos de 2006: Zico perdió 1-4 ante Brasil cuando era seleccionador japonés, mismo signo que le tocó sufrir al mexicano Ricardo Lavolpe ante Argentina (1-2).
Últimos Mundiales
Solo hubo un procedente en la cita de 2010. Milovan Rajevac se convirtió en 'enemigo' de Serbia al ganarle desde el banquillo de Ghana por 1-0.
Klinsmann era el último de la lista hasta Queiroz. El técnico alemán, dirigiendo a la incipiente Estados Unidos, cayó por la mínima contra el país con el que tantos encuentros jugó (0-1).
Eso sí, hay que poner el asterisco al lugar de nacimiento del entrenador del equipo pérsico. Queiroz nació en Nampula, localidad mozambiqueña, aunque desde pequeño se crió en el país vecino y su nacional es lusa a todas luces. Este fue, además, el único choque en eliminatorias.
A Queiroz le tocó un grupo con un claro objetivo: lograr el pase a los octavos de final con Irán de la mano de Portugal. Clasificarse los dos se antojaba como un bonito sueño. Y ahora puede darse la paradoja de que sea el propio entrenador luso el que apee a sus paisanos.