El hecho de usar a Leo Messi como pararrayos en la previa de la final de Copa no le salió bien al Barcelona. Los azulgranas naufragaron en la primera mitad del encuentro ante el Valencia y se quedaron sin margen de reacción tras el descanso, cuando Valverde tuvo que rectificar a la carrera su planteamiento inicial.
Si muchos decían que la Copa no era importante para el Barça, los gestos del astro argentino a la conclusión del encuentro no apoyan esta teoría. Messi se fue cabizbajo y sin decir una palabra, en una imagen opuesta a la mostrada 24 horas antes en la sala de prensa del mismo estadio.
Tras la derrota en Anfield, el equipo azulgrana se jugaba mucho más de lo que se decía en la Copa. Mientras el Valencia tenía muy poco que perder, el Barcelona estaba casi obligado a ganar para que la temporada no acabase con un nuevo fiasco que anunciase un fin de ciclo.
Y esa presión no la pudo soportar el equipo de Ernesto Valverde, que terminó no sólo decepcionando a su afición, sino también a su gran estrella, que ve emborronada su gran campaña con otro duro 'k.o.' en el último choque de la temporada.