Ernesto Valverde ha hecho magia en el banquillo del Barcelona. No por devolver al equipo a lo más alto, sino por hacer olvidar lo que fueron dos meses de pesadilla en 'Can Barça'. Uno de los veranos más movidos que se recuerdan con la marcha de Neymar, fichajes que sabían a poco como el de Paulinho y sin la llegada del jugador más codiciado: Philippe Coutinho.
Con un Real Madrid en la cima, que barrió al Barça en la Supercopa, no eran pocos los que pedían la cabeza de Bartomeu. Los azulgranas no fueron capaces de sacar a Coutinho de Liverpool, conformándose con la llegada de un Dembélé que se convirtió en el fichaje más caro de la historia del club. Y también el más arriesgado.
Pero todo cambió cuando el balón echó a rodar. Los de Valverde fueron ganando partidos en Liga y asentando su juego poco a poco en Champions. Encadenando victorias con un juego por momentos discreto pero que iba claramente al alza. El 'txingurri' apostó por un esquema contrario al 4-3-3 que era inamovible desde la época de Guardiola, o incluso antes. Y no le ha ido mal.
Sin el toque excelso de anteriores temporadas, pero mucho más solido. Un 4-4-2 con el que ha dado más libertad a Messi y Suárez para hacer y deshacer a su gusto. Para romper líneas defensivas y encontrar huecos que antes estaban más encorsetados. Y con un centro del campo que se ha animado a aperecer con frecuencia dentro del área.
El resultado es que el Barça tiene media, sino más, Liga en el bolsillo antes de finalizar el mes de enero. Con la Champions League en el punto de mira y con un pero: la Copa del Rey. Los de Valverde intentarán darle la vuelta al 1-0 encajado en Cornellà ante un Espanyol que dio la gran campanada tras años bajo la tiranía 'culé'.
Con un Messi excelso y con un Suárez cada vez más fino, ¿quién echa de menos a Neymar? Pocos se acuerdan del brasileño que, entre polémica y polémica en París, se dedica a masacrar rivales junto con Cavani y Mbappé. Su magia será siempre recordara, pero los de Valverde han demostrado que pueden sobrevivir, y bastante bien, sin ella.
Además, Coutinho aterrizó hace unas semanas en el Camp Nou y todos esperan con ansia su debut con la camiseta azulgrana. Y qué decir de Paulinho... Se fue la sonrisa del vestuario, pero el fútbol sigue sonriendo al Barça-