El Girona cayó a la Segunda División tras terminar la pasada temporada en la plaza 18 de LaLiga y, desde el momento de confirmarse su descenso, la entidad comenzó a trabajar para preparar el regreso a Primera. Una de las claves está siendo Quique Cárcel, su director deportivo.
El dirigente ya lleva 12 millones de euros ingresados para el club por las salidas de Portu y Pere Pons. En materia de incorporaciones, solo gastó en la contratación de Samuel Sáiz, cuyo coste no se reveló.
Como cedidos, llegaron Marc Gual y Pablo Maffeo, que también serán efectivos de vital importancia y por los que Cárcel esperó mucho tiempo. Juan Carlos también se sumó a la disciplina albirroja y llegó libre del Lugo.
Ello, sumado a los regresos de Jairo Izquierdo y Sebastián Coris después de sus préstamos, hace que el director deportivo haya conseguido que salgan los mismos jugadores que entraron con un beneficio de alrededor de nueve millones de euros, pues Portu y Pons dejaron 12 en las arcas del club y el valor de mercado de Sáiz no alcanza los tres.