La diosa sólo exhibió la bandera y la bufanda unas pocas horas y, al mediodía, ya no había ni rastro de ellos.
Hay que recordar que la conservación de las esculturas corresponde al Ayuntamiendo de Madrid y que sólo sus operarios pueden poner o quitar otro elemento. Hace unos años ya hubo polémica por la rapidez con la que el Ayuntamiento retira los símbolos merengues.