Al Milan lo desmontaron entre Rabiot y Cristiano Ronaldo en cuestión de seis minutos. Con una jugada individual espectacular, el francés abrió la lata con un disparo a la escuadra que no pudo parar Donnarumma. El portugués se sumó a la fiesta aprovechando un error rival.
Lo de Rabiot comenzó en su propio campo. Superó a Theo Hernández pegado a la banda con un cañito muy preciso y continuó a la carrera. Nadie fue capaz de pararle y llegó a las inmediaciones del área rival, donde se escoró hacia la frontal y batió al meta con un zurdazo.
Cristiano tiró de astucia en su diana. Llegaba un pase en largo por alto ante el que Romagnoli y Kjaer se hicieron un lío y él lo aprovechó. Los defensas no se entendieron y, en lugar de despejar, se chocaron entre ellos y propiciaron que su rival se quedara solo.
Y claro, dejar a semejante rematador solo delante del portero es un regalo para él. Usó la diestra para firmar el 0-2 y dar otro paso de gigante en la conquista de la Serie A. Para más celebración, la Lazió perfió fuera de casa ante el Lecce y les dejó vía libre.