Sangre nueva, sangre joven. Es el recurso que utilizó Pellicer para que su Málaga, en una situación difícil en lo que a fichas profesionales se refiere, derrotara al Castellón a domicilio. Buen debut de Matos, paso adelante de Ismael Casas y golazo de Ramón para aparcar tanto lío institucional y disfrutar de nuevo del fútbol.
Los de Óscar Cano merecieron puntuar, eso sí. Estuvieron más acertados en sus combinaciones en la primera mitad y, en la segunda, fueron de menos a más. Lo que faltó en ambas situaciones fue la pólvora, pues la defensa rival era blandita y permitió muchos remates sin que ninguno acabara en la portería de Dani Barrio.
Mucho protagonismo de Marc Mateu, que se dedicaba a surtir de balones a los suyos y poner en apuros a Calero, encargado de cubrir atrás y subir a darle chispa al ataque blanquiazul por banda derecha. Por la otra, Yanis Rahmani hacía lo propio y, en la sala de máquinas, Benkhemassa pudo ser expulsado perfectamente por una dura entrada en lo que Cristian distribuía.
Pero quien más brilló fue Ramón. Discreta segunda mitad y estelar primera parte por un golazo que ni él esperaba que fuera a marcar. Puso un centro-chut desde la banda con el exterior de la bota y acabó colándolo por toda la escuadra ante un Whalley que pudo hacer mucho más.
Pero, por mucho que la 'chavalería' cumpliera y la experiencia se notara, cada balón que colgaba el Castellón al área de Barrio era un suplicio. Pellicer lo corrigió tras el descanso y mejoraron bastante los suyos solo para volver a las andadas en el tramo final, cuando el 1-1 estuvo a punto de ser una realidad.
Solo el desacierto de Jordi Sánchez -la tuvo clarísima- y Fidalgo -una volea suya se fue muy alta- en el remate, varios fueras de juego y una gran mano de Dani Barrio -aunque estuvo blandito en general, como el resto de la defensa- evitaron que el asedio local dejara un punto en Castalia.