El Manchester United conquistó, otra vez, París. Ya dio el campanazo hace dos temporadas en la Champions, torneo que ha empezado este curso de la mejor manera posible tras ganar al PSG. Y si gracias hay que darle a Rashford, muchas más debe llevarse David de Gea.
El español fue el mejor de su equipo. Y Keylor, de los locales. Los guantes se impusieron a una oda al ataque que acabó decantando el '10' del United, pero que pecaríamos de resultadista si solo centramos los focos sobre el delantero.
Por unas horas, el Parque de los Príncipes fue un parque de atracciones dedicado al ataque. El partido fue una montaña rusa en la que de lo que menos hubo fueron tramos rectos, tranquilos y sosegados. Y ambos porteros se convirtieron en los frenos que evitaron que sus equipos descarrilaran antes de tiempo.
Las defensas estuvieron lejos de ser "férreas y sin fisuras", como se oye diaramente en las PS del mundo. Y el centro del campo solo existió para servir a las delanteras, pero tuvo falta injustificada en lo que a equilibrio y control se refiere.
Empezó mejor el PSG, que encontró las dos primeras negativas de De Gea antes del minuto 15. Voló el español para evitar que Di María hiciera un Di María con una jugada con el sello Di María. Ángel cruzó un zurdazo desde la frontal al segundo palo que salvó el meta con una gran estirada. En ese córner, su cuerpo le negó el gol al cuadro francés al tapar el remate de Kurzawa a apenas un metro de distancia.
Tras el primer cuarto de hora, mejoró el United. Los de Solskjaer, como el niño que, manos a la espalda y colores en mejilla, entra a casa de su amigo con sus padres dentro, comenzaron a coger confianza, a hablar sin tapujos y a adentrarse en el hogar parisino.
Fruto de ello fue la primera que tuvo Martial, que sigue lejos de demostrar la millonada que se pagó en su día, pero que resiste en la nómina 'red devil'. Lo intentó desde la frontal, pero la escuadra soñada quedó lejos de la realidad.
Pero el '9' sí encontró petróleo en el minuto 20, cuando Diallo, que pecó de derribar a un jugador que estaba de espaldas a la portería, cometió penalti. Mateu Lahoz, que sería protagonista poco después, no dudó y pitó la pena máxima.
Bruno venía de fallar un penalti ante el Newcastle y de nuevo el guante del meta rival le fastidió. Keylor adivinó sus intenciones, pero no con la ley en la mano. Ninguno de sus pies estuvo sobre la línea y el VAR avisó al colegiado español. Había que repetir. Esta vez, Bruno acertó al calcar su primer intento, saltito previo incluido, y ver cómo el tico se vencía hacia el otro lado.
Antes del descanso, Keylor aumentó su 'hype' con una mano de las que le encantan a los porteros. Y en las que más sufren. Bruno lanzó un zarpazo cruzado desde la frontal y el costarricense voló hacia abajo, que también se puede, y sacó la zarpa para mandar la bola a córner. No sería la última vez que el balón acabaría en el ángulo, ya que hasta 19 veces señaló la esquina el colegiado, claro síntoma del festín de idas y venidas que se vio en París.
El descanso llegó con 0-1 y con polémica, ya que Mateu pitó el final cuando Bruno Fernandes iba con ventaja hacia el área rival.
De Gea y Keylor arrasan, pero Rashford decide
Solo tres minutos se llevaban de la segunda mitad cuando De Gea ganó otro puntito para aparecer en nuestro titular esta noche. Mbappé le puso a prueba y el internacional español firmó una bárbara estirada para salvar el gol. Aunque este no tardaría en llegar.
En el 54', un centro-chut envenenado de Kurzawa se fue al larguero como aperitivo al tanto del empate. Un minuto después, Martial se introdujo en su propia portería un saque de esquina. Ya que nadie del PSG podía con De Gea, tuvo que ser un compañero el que lo hiciera.
Hasta el añadido, la casi media hora que restaba fue conquistada por los porteros. Keylor Navas ganó las dos primeras batallas ante Rashford, con un paradón abajo en el 69' y un pie providencial desde el suelo en el 80'.
Tres minutos después de esa última, De Gea firmó otra gran intervención al dejar sin gol a Neymar en un derechazo con más alma que calidad del brasileño. Y hasta ahí llegó el festival de unos guardametas que pasaron a llorar y reír, respectivamente, en los últimos minutos.
Rashford, a la tercera, le ganó la partida al cancerbero del PSG. Navas no pudo hacer absolutamente nada ante el derechazo del '10' desde la frontal que, antes de entrar, le dio un beso a la cepa del palo en el 87'.
El final llegó tras un único intento de los locales en los últimos minutos. Neymar quedó con la escuadra, pero esta no pudo acudir a una cita que le da tres puntos poco esperados a los 'red devils' y que vuelve a suponer un varapalo para los locales en su competición maldita.