La pretemporada acaba de empezar y es el momento perfecto para que los jugadores puedan mostrar a los entrenadores que cumplen el nivel exigido y se ganen un puesto en el terreno de juego.
Este ha sido el caso del portero de Las Palmas, Raúl Fernández. Tras una durísima lesión que le dejó sin jugar dos años y tres meses, el guardameta volvió con más ganas y lo demostró en el amistoso celebrado en Marbella ante el Sevilla.
Tal como relató Pepe Mel, entrenador del equipo canario, una vez acabado el encuentro, el portero bilbaíno terminó llorando al final del partido. Pero no fueron lágrimas de tristeza, sino de esperanza por seguir jugando y olvidar un poco su lesión (14 de abril de 2019).
Esta situación se presenta de lo más interesante para los palos de la Unión Deportiva. Ya se filtró que uno de los tres cancerberos ha de marcharse como cedido y Raúl Fernández acaba de dar el primer paso para luchar por quedarse.
July 21, 2021