El cambio de mentalidad ha sido clave. El Real Madrid comenzó la temporada bajo de ánimos, tocado. Las derrotas y los malos números empezaron a hacer mella en el vestuario. A esto hay que sumarle la mala relación que había entre Benítez y la plantilla.
La directiva blanca decidió acabar con el problema y destituyó a Benítez, dando la oportunidad a una estrella merengue como Zidane. No tenía experiencia en Primera División, pero era un referente para el madridismo.
Con él en el banquillo, las cosas comenzaron a cambiar. El equipo volvió a hacer piña y, poco a poco, el Real Madrid encontró el rumbo.
En el terreno de juego, varias son las claves que han servido para meter a los merengues de lleno en la final de Milán. Pepe y Ramos han vuelto a ser la pareja de centrales que todo el madridismo exigía.
La medular está reforzada. Casemiro da equilibrio, mientras que Kroos y Modric llevan la batuta del juego del Real Madrid como nadie.
La delantera está que se sale. Es cierto que Cristiano y Benzema han visto cómo las lesiones no perdonaban. Bale se ha crecido ante la adversidad y ha hecho olvidar la guerra médica a base de goles clave.
Ahora, el Real Madrid ya sueña con alzarse con la 'Orejona' en Milán. Pero, para eso, aún queda... el Atlético quiere revancha.