Una remontada que vale oro, no solo por la situación del Newcastle, que llegaba al cara a cara de la duodécima jornada en decimoquinta posición, sino por el guión de la película.
Porque apenas se había cumplido el primer cuarto de hora de partido cuando el centrocampista galés Harry Wilson ya estaba cantando el primer gol del partido, tras un pase medido de Fraser.
Un tanto que puso contra las cuerdas al conjunto de Steve Bruce, a sabiendas de que el partido se le ponía todavía más cuesta arriba, pero decidido a dar la cara ante su afición.
El St. James' Park fue testigo de una remontada magistral de los suyos, remontada que comenzó con el 1-1 firmado por el zaguero estadounidense De Andre Yedlin, para devolver la alegría y las esperanzas a un Newcastle agónico.
Con la segunda parte ya en marcha, la veteranía del irlandés Ciaran Clark hizo acto de presencia para darle la vuelta por completo al marcador y firmar una remontada espectacular, pese a que el dominio del esférico siempre estuvo en las manos del Bournemouth.
Un definitivo 2-1 para mantener los tres puntos en casa y elevar hasta cuatro puestos al Newcastle, que pasa de la decimoquinta plaza a la undécima, gracias a los 15 puntos que ya suma en sus manos. Por su parte, los de Eddie Howe se mantienen en la séptima plaza con uno más.