Renan Lodi demostró para qué vino al Atleti

Defendió, corrió a toda velocidad, atacó, centró con sumo peligro, disparó a portería -un tiro desde lejos suyo se acercó al 2-0 en el tramo final-, se movió con fiabilidad, regateó, tuvo destreza con el balón, entereza sin él, determinación en cada acción... "Es uno de mis mejores partidos con el Atlético", asumió.

"Le he dicho a Lodi que para mí ha sido su partido 'top", apuntó su compañero y compatriota Felipe Monteiro, otro de los hombres del encuentro desde el perfil zurdo del centro de la defensa, al lado suyo. Entre los dos desactivaron a un delantero del desborde de Mohamed Salah, al que vencieron prácticamente en cada duelo.

"El partido de Lodi fue fantástico, ya que anuló a Salah y se aseguró de que casi nadie entrara por su banda. Estuvo a un gran nivel, sobre todo en la primera parte", destacó Ginés Meléndez, observador técnico de la UEFA, que eligió al brasileño como el mejor futbolista del duelo. Y enfrente estaba el mejor equipo de momento.

"Este encuentro y contra el Celta serán dos de los partidos que recuerde siempre", abundó a sus 21 años un jugador en crecimiento y adaptación, dentro del proceso indispensable para la consolidación y la constancia que también da la experiencia, más aún en un equipo de la exigencia del Atlético, al que llegó hace sólo seis meses procedente del Athletico Paranaense.

Desde entonces, desde la pretemporada en el complejo urbanístico de la sierra segoviana de Los Ángeles de San Rafael, cursó clases aceleradas de preparación para su irrupción en el fútbol europeo: el cuerpo técnico le impartió aquellos días lecciones individuales y específicas de movimientos tácticos, sobre todo defensivos, en el lateral zurdo.

Su puesta en escena provocó admiración en el público, transformado en agosto y septiembre en una de las sensaciones de la campaña para el aficionado. Después, a la misma vez que todo el equipo, cayó en la irregularidad, incluso en la desconfianza, sin la fuerza ni el atrevimiento para subir con la determinación que lo hacía hace meses o que lo hizo este martes contra el Liverpool. Es una de sus virtudes más visibles. Y la necesita el Atlético.

"Estamos en un momento de exigencia absoluta para con él, porque sé que puede dar lo que dio y para darlo se tiene que enojar, tiene que pasar por momentos por los cuales ha pasado y ojalá tenga la capacidad para sostenerlo. Para ganar todos los días, tiene que jugar como hoy, porque lo puede hacer. Ya se lo dije, aunque en algún momento me odie, me terminará queriendo", expresó Simeone.

"Siempre quiere mi bien. A veces me cambia, le pongo nervioso, pero sé que es por mi bien", dice, a su vez, Lodi, sustituido en el anterior encuentro en Valencia en el minuto 52 y cambiado una semana antes ante el Granada en el 55 para situar de lateral izquierdo a algún jugador que no es lateral izquierdo, como Saúl Ñíguez, un centrocampista, o como Santiago Arias, cuyo puesto natural es la derecha.

"En los últimos partidos hay que reconocer que no estuve bien. Por eso Simeone me había cambiado. Necesitaba tener confianza y un partido como éste", confirmó Lodi, titular en 27 de los 34 partidos oficiales de su equipo -ha participado en 30 de ellos con 2.314 minutos, tiempos añadidos incluidos, un gol y dos asistencias-, y ahora reforzado por la mejor reivindicación posible: su partido frente al Liverpool.