Al final, reparto de puntos. Quizá el resultado contente más a los visitantes. No es que el Sporting no disfrutara de ocasiones para marcar, pero el Alavés gozó de alguna más y casi siempre llevó la iniciativa.
Fue un encuentro muy entretenido para el espectador neutral. Intensidad, ritmo, ataque constante... Cuéllar y Pacheco, en ambos bandos, se erigieron en dos gigantes para los delanteros.
Ibai López, alborotador y finalizador, fue un dolor de cabeza para la zaga rojiblanca. La primera ocasión del choque la gozó en sus botas el ex del Athletic. Solo ante Cuéllar, se durmió e Isma López le rebañó la bola.
El Sporting respondió con un cabezazo de Duje Cop. El croata peinó el balón, pero éste lamió el poste izquierdo de Pacheco. El ex blanquiazul. también protagonizó la otra gran ocasión de los de Gijón para abrir la lata, pero no llegó a embocar por un centímetro.
Ibai Gómez, un dolor
Ibai Gómez comandó las operaciones ofensivas del Alavés en la segunda mitad. De cabeza y de lejos el menudo extremo puso a prueba a Cuéllar, pero no logró derribar el muro sportinguista.
El Sporting pareció conformarse con el punto a media hora del final. Bien ordenado atrás, lanzó alguna contra sin demasiada incidencia. El Alavés, con el paso de los minutos, empezó a desfallecer.
Entró Toquero y Mendizorroza creyó en el milagro. Le pitaron un fuera de juego que no era cuado se quedaba solo ante la meta rival y después remató de cabeza para lucimiento de Cuéllar. Mendizorroza festejó la vuelta con buen fútbol. Le faltaron goles para celeberar.