Según reveló él mismo en una entrevista para 'Goal', cuando llegó al equipo el pasado mes de enero procedente del fútbol norteamericano, desde el club le prohibieron la comida basura.
"En el PSV encontré un hogar, porque el club me ayudó en todos los sentidos. Me cuidaron mucho la alimentación, lo que podía comer y lo que no", comenzó explicando.
Además, también comentó que llegó pasado de kilos al equipo: "Al principio me decían 'gordito' y desde el club me prohibieron comer en el McDonald's".
Tras haber abandonado sus hábitos alimentarios insanos, el joven ya solo piensa en triunfar. Su contrato termina en 2020, pero el club puede extenderlo dos más si convence: "Mi objetivo es hacerlo bien para que el club se quede conmigo. Espero obtener esos dos años adicionales y pasar al primer equipo".