El estadio Jalisco protagonizó la curiosidad del día en el fútbol mexicano. La mala colocación de una pantalla, que impedía el normal desarrollo del juego, provocó la suspensión del encuentro.
Los operarios intentaron elevar el elemento causante de la polémica (Tigres lo bautizó como "bocina gigante") sin éxito, por lo que el colegiado se vio obligado a aplazar el encuentro.
El despiste de Atlas es aún más preocupante si se tiene en cuenta que, por el parón de selecciones, han tenido dos semanas para atar todos los cabos sueltos.
Atlas incluso podría perder el choque en los despachos. La normativa de la Liga Mexicana al respecto es clara: "En caso de que se determine que no hubo causa de fuerza mayor que justifique la suspensión de un partido que no se haya celebrado (...), el club infractor pederá el partido 3-0 y será sancionado con una multa de 1.000 UMAs".
Se suspende el partido en el Estadio Jalisco, por lo que el plantel de @TigresOficial se regresa a Monterrey. pic.twitter.com/R2NMvEXbqU
— CLUB TIGRES OFICIAL (@TigresOficial) 9 de septiembre de 2017