El triunfo del Barcelona en el Ramón Sánchez-Pizjuán dejó varios titulares. Para empezar, el esquema de tres centrales que planteó de salida Ronald Koeman, que funcionó y permitió al equipo azulgrana tener mucho más control en el centro del campo y sufrir menos, pero también la ausencia de Griezmann, la soltura de Dembélé en ataque... o la sorprendente apuesta de Ilaix Moriba cuando el partido estaba más caliente.
El canterano de La Masia entró a unos 20 minutos del final, cuando Pedri se lesionó, para tratar de aguantar el valioso 0-1 en el momento en el que el Sevilla más apretaba. Dio empaque en el centro del campo, tuvo cierta llegada y desparpajo para recuperar en posiciones más adelantadas e incluso se permitió el lujo de asistir a Leo Messi con un fabuloso taconazo en el 0-2.
Su entrada, que sorprendió al producirse por delante de la de Riqui Puig, convenció al barcelonismo, que ya ve en él a un hombre importante en el futuro inmediato del equipo. Después de estrenarse en Copa ante el Cornellà, Ilaix Moriba tuvo su bautismo en Liga con 18 años, como titular, ante el Alavés en el Camp Nou. Aquel día, el conjunto azulgrana se impuso por 5-1 y el centrocampista dio un pase de gol a Trincao para que abriera el marcador. Es precisamente la única asistencia que le computa, pues la de Sevilla no cristalizó al pararle Bono el mano a mano a Messi antes de que hiciera diana.
Dos semanas después de aquel partido, y tras jugar con el filial ante el Prat y el Hospitalet, Ilaix Moriba volvió a disponer de minutos. Da la sensación de que, en cuanto ha podido, Ronald Koeman ha preferido jugásela con él que con Riqui Puig. Pese a ser tres años mayor que Ilaix, el catalán no termina de gustarle al técnico del Barça. Se pasó prácticamente media temporada sin jugar y lleva haciéndolo desde hace un par de meses con bastante frecuencia, aunque casi siempre en los minutos de la basura. Entró a diez minutos del final ante el Cádiz y el equipo amarillo empató, lo que no le hizo ninguna gracia a Koeman. De hecho, no ha vuelto a jugar.
Un empate de última hora era lo que pretendía volver a evitar el entrenador azulgrana y por eso apostó por Ilaix, un jugador mucho más físico y seguro que Riqui, aunque no por ello exento de llegada, como demostró en el 0-2 de Leo y en varias acciones en las que se proyectó en ataque por la izquierda.
Mirando con lupa las características de ambos en BeSoccer Pro, nos encontramos con un Riqui Puig mucho más maduro, mientras que Ilaix aún está por explotar. El guineano mejora en defensa a Riqui, que tiene de momento más calidad y un muy buen sentido del juego. Una de las especialidades del catalán es el pase y su gran visión de juego, en tanto que en Ilaix se observa un perfil mucho más similar al de Paul Pogba. Fuerte, atlético y con llegada. Uno es el camino largo al gol y el otro el corto, ese atajo que está poniendo de moda últimamente también el Barça y que ha confirmado en la Champions League que es el nuevo modelo a seguir.
No hay color en los duelos aéreos, donde manda el imponente físico de Ilaix, que es regateado menos y recupera muchos más balones, fundamentalmente en campo contrario. Por último, en cuanto a la distribución del juego, Riqui Puig está varios peldaños por delante. Sus pases progresivos o cerca del área son mejores y más habituales que los que da Ilaix, quien aún está comprendiendo el tipo de juego que se practica en el primer equipo del Barcelona. Y es que, por mucho que se practique en La Masia, llegar a jugar al lado de los Messi o Busquets no es lo mismo que hacerlo con los chavales del juvenil o del Barça B.
Mientras crece la confianza de Ronald Koeman en un Ilaix Moriba que acabó rendido a él por dejarle jugar en Sevilla, Riqui Puig promete pelear por el hueco que dejará Pedri en las próximas semanas en el once. El tinerfeño empezó jugando sin hacer mucho ruido y ha terminado convirtiéndose en indiscutible para el técnico, que ahora deberá decidir si le da tantos galones a dos canteranos o apuesta por la experiencia en el centro del campo que puede dar un Pjanic que ha decepcionado.