El ambiente, como era de esperar, está bastante caldeado, aún más tras las declaraciones del presidente del Guaraní, que denunció tratos humillantes por parte del River en el partido de ida. "Rompieron los cristales de los autobuses de los hinchas y tuvimos que caminar mucho para llegar hasta el estadio. Fue humillante.", sentenció.
El partido será de alta tensión y se calcula que alrededor de 10.000 argentinos se desplacen a la capital paraguaya para alentar a su equipo, que llega con ventaja por 2-0 del partido de ida. Aunque Guaraní lo tiene difícil, los jugadores no tiran la toalla y se dejarán todo en el campo para dar la sorpresa.
El técnico del River, Marcelo Gallardo, tampoco quiere que su equipo se confíe y exige a sus futbolistas compromiso de cara al partido que está por llegar. Mañana conoceremos cuál de los dos equipos se lleva el gato al agua y se alza con la ansiada plaza para la final de la Copa Libertadores.