Rodrygo lo hizo casi todo bien ante el Langreo, sin emabrgo, el futbolista brasileño marró la ocasión más clara del partido desde los once metros.
Fue en un penalti que él mismo provocó. Se fue por velocidad de un rival y, en cuanto notó el contacto con el contrario dentro del área, se dejó caer al suelo.
Sin embargo, a la hora de lanzar, lo hizo de una forma extraña. Hizo una paradiña y siempre miró al punto al que lo iba a tirar. No es de extrañar que el portero adivinase sus intenciones.
14 de septiembre de 2019