Mirante suele ver el espectáculo desde la barrera. Pero esta vez, la barrera fueron sus guantes. La baja de Pau López le dio al veterano guardameta de 36 años una oportunidad que no desaprovechó para, aunque con otro sentido, recordar el famoso refrán de que Roma no cayó en un día. Y la Roma tampoco lo hizo, al menos, en el Giuseppe Meazza.
En concreto, dos fueron los balazos que resistió el muro romanista. Puede sonar raro tanto cascabel para 'solo' dos paradas. Pero un portero no tiene por qué pasarse todo el encuentro salvando a su equipo. Si algo tiene inherente esa profesión es la de estar de guardia las 24 horas. Los 90 minutos en este caso. Y Mirante se erigió en héroe más por la calidad y relevancia de sus paradas que por la cantidad.
La primera fue un mano a mano ante Lukaku. El belga se aprovechó de un error en la salida de balón y se plantó solo ante el cancerbero. Pero este reaccionó a la perfección y repelió un disparo que, con seis minutos jugados, habría cambiado el partido de cabo a rabo.
Hubo cierta alternancia en el primer tiempo, aunque el Inter sería el vencedor a los puntos. Tuvo alguna llegada la Roma, pero Lautaro, Lukaku y Brozovic no supieron encontrar la portería en el primer tiempo.
La segunda maravilla de Mirante llegó tras el descanso. Otra vez con el cronómetro recién iniciado. Fue en el 47' cuando el portero sacó con unos reflejos sublimes un remate de Vecino a escasos metros. Remate mordido del uruguayo que fue respondido con una mano de muchos quilates.
El segundo acto dejó más claro que el Inter mereció más. Hasta el 70', los de Conte apretaron, mandaron y dejaron patente una ambición que no tuvo premio por la mala puntería de Biraghi y de Lautaro, fallón en este encuentro.
El ex de Racing dejó escapar la última ocasión, ya con el partido en su ocaso, al no atinar a rematar un pase de la muerte que se le fue entre las piernas. Lo mismo que le puede pasar a su equipo con el liderato, en caso de que la Juve sume los tres puntos esta jornada.
Roma necesitó más de un día para caer, pero la Roma sólo podría hacerlo en poco más de hora y media. Y no, no lo hizo. Una vez más.