Wayne Rooney es historia viva de la Premier, más concretamente del Manchester United. El futbolista, actualmente en el Derby County, estuvo un total de 13 temporadas en los 'red devils'.
Sin embargo, en esta etapa, el inglés tuvo sus altibajos tanto en el terreno de juego como fuera de él. Tal y como explica el futbolista en 'UTD Podcast', su renovación en 2010 fue complicada a pesar de que finalmente se hizo.
"Cuando vendimos a Tévez y a Cristiano, me ofrecieron continuar. Pero yo no estaba seguro, ya que quería saber a quién íbamos a fichar tras esas bajas y le pregunté a Ferguson, entrenador del equipo en aquel momento, pero me dijo que eso no era de mi incumbencia, a lo que le contesté que entonces sería mejor que me fuese del club", declaró.
Sin embargo, apareció la figura inesperada de David Gill, director ejecutivo, para calmar las aguas entre jugador y entrenador. "Él estaba más calmado que Alex y terminé renovando. Todo fue algo muy rápido", añadió.
Estas idas y venidas sobre su posible continuidad en el club provocó un gran ambiente de crispación entre los aficionados, de los cuales una decena fueron a manifestarse a la puerta de la casa de Rooney. Él mismo reconoció que no le apeteció en aquel momento salir de la cama para calmar a esos seguidores.
"Nuestra relación (con los aficionados) creo que es buena, pero a día de hoy algunos no han superado lo que ocurrió y lo entiendo", concluyó el futbolista.
Al final, el delantero estuvo siete temporadas más en su equipo de toda la vida, con el que llegó a jugar la friolera cifra de 559 partidos, en los que consiguió anotar un total de 253 goles, lo que le convierte en una leyenda del club.